Fontán está evolucionando más allá de ser simplemente un colegio; se está convirtiendo en un estilo de vida. Sus estudiantes adoptan una mentalidad de grandeza y mejora continua. No solo aspiran a cumplir sus metas y sueños, sino que también planifican meticulosamente para lograrlos.

Son proactivos en su enfoque, buscando oportunidades y desafiando sus límites académicos. Muchos de ellos optan por continuar sus estudios en universidades internacionales, expandiendo así sus horizontes y perspectivas.

Para estos estudiantes, la universidad no es solo una continuación de su educación, sino un nuevo capítulo emocionante. Es una oportunidad para explorar, crecer y desarrollar una mayor autonomía, similar a volver a experimentar los descubrimientos y la libertad de la infancia.